Psicoterapia individual y de pareja
Consideramos que el
período de embarazo y post parto son para una persona y una familia momentos de
gran vulnerabilidad emocional. Esto se debe a que una mujer en el período de
embarazo cuenta con una apertura de conciencia y una gran sensibilidad
emocional, favorecida por modificaciones hormonales.
Pero por esto mismo pueden convertirse en una excelente oportunidad para
prevenir y promover la salud psicológica tanto en ella como en la de cada uno
de los protagonistas.
Ofrecemos por lo tanto:
Sesiones de orientación psicológica y de psicoterapia individual y de pareja.
Tratamientos focalizados en la atención de fobias específicas al parto, crisis
de ansiedad, trastornos en la alimentación y en el sueño, dificultades
relacionales, revisión de los vínculos familiares y de pareja, problemas de
infertilidad y otras dificultades.
Atención: Lic. Viviana Tobi
Psicóloga U.B.A.
Psicoterapeuta familiar especializada en la mater paternalidad, terapeuta
corporal y sexóloga clínica
Consulta y psicoterapia sexual
La terapia sexual o
mas bien "psicosexual", individual o de pareja se ocupa de resolver
los problemas que impiden a cualquier persona disfrutar de una sexualidad
satisfactoria.
Es así como las
dificultades erectivas o con el orgasmo femenino y o masculino, el vaginismo o
la dispareumnia, o mismo cuestiones que afectan al deseo cuentan en este
abordaje con un tratamiento eficaz y especifico.En la practica consiste en una
serie de entrevistas a partir de las cuales se diseñan ejercicios que los
consultantes realizan en sus casas y que se monitorean en cada sesión aportando
información que muchas veces es acompañada de imágenes multimedia.El tiempo
limitado en el que transcurren estos tratamientos (habitualmente entre 15 o 20
sesiones) lo tornan accesible económica y emocionalmente.Además lo especifico
de sus contenidos la hace compatible con cualquier otro proceso terapéutico del
que la persona estuviera participando en forma simultanea.Esta dirigido tanto a
mujeres como a hombres en cualquier momento de sus vidas y esta especialmente
indicada para atender las crisis de pareja por obstáculos en la comunicación
sexual que suelen producirse frecuentemente durante el embarazo y el post
parto.
Coordina: Lic. Viviana Tobi Psicóloga. Psico y corpoterapeuta. Sexóloga clínica
El embarazo como experiencia transformadora
Existen pocos momentos en la vida de una persona tan transformadores como lo son el período de embarazo, el nacimiento y el posparto.
Son tiempos que se viven con intensidad y en los que todo se pone en movimiento.
Se produce un estado de apertura, de riesgo, donde el espíritu se inquieta, donde todo se disloca, cambia de lugar, de forma. Es el momento de dejar morir en uno lo viejo para renacer en lo otro y transformarse.
Podemos considerarlos como estados alterados de la vida, término que remite a lo “alter”, es decir a “lo otro”, y que se refiere a los otros nuevos aspectos de nosotros que emergen, a los nuevos estados de nuestra existencia, al otro que llevamos dentro, que, aunque tan próximo, resulta a la vez extraño.
Pero la alteración a la que nos referimos también alude a la vivencia de devenir otro. En esta etapa se inicia el proceso de devenir madre, padre, hijo, y además se produce una movilización de la vida de todos los otros que están en relación con aquel que nace y con aquellos que gestan.
Por otra parte, la palabra “embarazo” alude a lo embarazoso, a lo confuso, a lo que no permite diferenciación con el otro. A lo que necesitará del parto como experiencia para separarse. Separación del hijo que se tuvo con otro, quien a su vez actuará como soporte de su alteridad.
Es una vivencia que puede considerarse iniciática, en la que es posible inaugurar nuevos repertorios de conductas que lleven a una transformación tanto corporal como emocional y espiritual en las vidas de quienes lo transiten. Un buen período para generar un espacio de trabajo con uno mismo durante el cual incorporar recursos que no sólo serán útiles durante el embarazo y el nacimiento, sino también para la vida.
Sabemos que una mujer, en el embarazo, cuenta con una apertura de conciencia y una gran sensibilidad emocional, la cual es favorecida, además, por modificaciones hormonales. Sabemos también que esa disponibilidad-vulnerabilidad podría, según sea o no aprovechada, producir cambios saludables o patologías, que de no ser atendidas en forma adecuada pondrían en riesgo su equilibrio psicofísico.
Somos conscientes de que no todo el embarazo puede atravesarse en “estado de gracia” o en “dulce espera”, y que las situaciones difíciles con las que muchas veces nos enfrenta actúan como la grieta necesaria para acceder a nuestro ser y disponernos a trabajar con nosotros mismos.
Tomemos por ejemplo lo que sucede en el plano corporal. Desde una perspectiva articular ocurre a veces que, en esta etapa, debido al cambio de peso, se acentúan problemas posturales que existían previamente, como la hiperlordosis, que puede generar fuertes dolores de cintura. De ahí que, trabajando sobre la dificultad con ejercicios específicos y tomando conciencia de la repercusión que esta posición tiene sobre el resto de su cuerpo, la mujer se sentirá mucho más motivada a producir los cambios necesarios para resolverla. Es justamente la intensidad del problema la que torna impostergable la búsqueda de soluciones.
Este mismo proceso también ocurre en el plano emocional y relacional con todos sus vínculos: ya sea con la pareja, con la familia, con el trabajo y con el entorno social. Es común que reaparezcan conflictos pendientes en la pareja, o con algún miembro de la familia de origen, y que tiendan a agudizarse. Si se aprovecha la acentuación del problema para atenderlo, enfrentarlo, pedir ayuda, profesional o no, por medio de conversaciones terapéuticas o con cualquier otro recurso adecuado, es muy probable que el conflicto ceda paso a formas relacionales más saludables que servirán como aprendizaje frente a futuros desencuentros y brindarán al bebé por nacer la seguridad psicológica necesaria para un crecimiento saludable.
Además, para su experiencia relacional, la posibilidad de gestar y parir es una gran oportunidad que tiene una mujer de descubrir su capacidad de gestarse a sí misma como un ser generoso hacia la vida. Se abre un nuevo camino en su experiencia: el descubrirse una, junto a los otros seres humanos, que hoy están representados en su hijo. Desde este punto de vista, también el nacimiento de un hijo abre la conciencia de la existencia del otro, y ofrece la oportunidad para construir una experiencia que consolide el espacio ético.
Por todo lo expuesto consideramos este tiempo de concebir, gestar y dar vida como uno de los momentos más propicios para el movimiento, en todas las dimensiones en que éste pueda manifestarse.
No es simplemente un período de transición hacia el parto, sino una etapa fundamental para la construcción de los roles de cada uno de sus protagonistas. El bebé necesita de esos nueve meses de gestación; la mujer, de ese tiempo para construirse como madre, y lo mismo ocurre en el hombre con su rol de padre.
Tradicionalmente, las mujeres han ido creando espacios donde elaborar entre pares sus experiencias vitales.
Cada cultura organizó un modo de canalizar estas necesidades. Muchas veces, el grupo familiar primario funcionó como marco de contención; mientras que otras veces, algunos rituales colectivos, que han ido perdiéndose, les otorgaron una vía para expresarse. Hoy, nuestra tarea como agentes de salud consiste justamente en llenar el vacío que la pérdida de esos rituales ocasionó.
Eso es lo que nos proponemos con nuestro programa de acompañamiento psico corporal para embarazadas a lo largo de toda la gestación.
A través de la práctica grupal con “pase libre” por diferentes disciplinas corporales como las del “Yoga Iyengar” , la “esferodinamia” , y el “movimiento dinámico expresivo”, las futuras mamás comparten una experiencia de entrenamiento corporal seguida de un espacio de reflexión que, no sólo les permite mantener un excelente estado físico, sino también bajar el nivel de ansiedad, evitar el stress y establecer una comunicación profunda con su bebé.
Un ciclo de encuentros de preparación al parto, para participar en pareja, a cargo de profesionales especializados en las diferentes áreas de la perinatalidad, completan este programa, que se continúa en el post parto con encuentros de recuperación psicofísica, talleres de crianza y un programa específico para la reeducación del piso pélvico.
En definitiva se trata de ampliar los tradicionales cursos pre- parto a través de un programa que permita aprovechar el embarazo para producir transformaciones no sólo en la futura mamá sino en toda la familia.
“Embarazos alter-nativos”
Cada vez son más las parejas que durante el embarazo se plantean cómo participar de un modo más activo en el nacimiento de sus hijos.
Claro que en el camino deben enfrentarse, la mayoría de las veces, con la resistencia de un sistema médico obstétrico que ha sido más formado para actuar sobre la patología que para acompañar el curso normal de un parto fisiológico.
Es así que las embarazadas ( a quienes preferimos por lo tanto no llamar pacientes ya que no están padeciendo una enfermedad) que son conscientes de esta hipermedicalización de la perinatalidad, se planteen cómo elegir a un médico obstetra que respete sus derechos a elegir cómo, cuándo y con quién parir, sin renunciar por ello a las intervenciones que fueran necesarias en aquellos estadísticamente pocos casos en los que estuviera en riesgo su salud o la del bebé ya que es un derecho de toda mujer el gozar al mismo tiempo de un parto “humanizado” y “seguro”
A partir de aquí parecieran abrirse dos categorías en la atención al parto: una la tradicional y otra la tal llamada alternativa que pretendería hacer otra cosa distinta a la primera y con la que no tendrían puntos de contacto.
En realidad creemos que pensarlo así es construir una falsa antinomia. El plantearlas como opuestas no nos permite recuperar lo rico que cada una posee que las puede nutrir respectivamente. Además no creemos que contribuya a desarrollar un modelo de parto personalizado que responda a la necesidad de cada pareja sobretodo cuando observamos que muchos de los obstetras llamados tradicionales están hoy revisando prácticas que dejaban antes por fuera de toda discusión.
Preferimos en cambio pensar lo alternativo como lo “alter-nativo”.
Esa capacidad de hacer nacer lo otro que hay en mí. Una posibilidad particularmente facilitada en el proceso de embarazo, parto y post-parto donde se produce un verdadero pasaje hacia la vida, donde lo viejo cede espacio a lo nuevo, donde los otros que también yo soy irrumpen en mí naciendo y dejando morir lo viejo, donde asumo el riesgo de ser otro de mí mismo.
Es el embarazo, con sus nueve meses de duración más que el breve período de un parto , donde se gesta esta transformación.
Transformación que es movimiento que construye y que no pretende otra forma sino el puro devenir.
Devenir en la filiación como padre, madre, hijo, abuelo, tío. Devenir otro cuerpo que escucha, que comprende, que siente.
Ampliar nuestra mirada más allá del escenario del parto es lo que nos ha permitido seguramente en estos más de 40 años años de trabajo institucional con parejas embarazadas, acompañar ese pasaje de un modo transformador.
Aprovecharlo para promover en cada protagonista el nacimiento de esos otros aspectos relegados o todavía no explorados de sí mismo y a la espera de una oportunidad que abra una brecha por donde poder emerger y ponerse en marcha.
Pensar en un parto alternativo supone haber parido esos otros adentro nuestro, proceso que sólo es posible cuando se ha utilizado provechosamente la desestabilización que produce el embarazo y la consecuente construcción de nuevos recursos corporales, emocionales y espirituales que hacen posible encarar de otro modo tanto la vida como la muerte.
Considero que esta es la tarea en la que como psicólogos podemos participar durante el inicio de la vida.
Prevenir y promover la salud emocional de los que conciben, gestan y dan vida para que también sus vidas se transformen y encuentren un nuevo sentido.
Ayudar a descubrir el velo tendido sobre la novela familiar, recorrer la historia psicosexual personal, fortalecer los lazos afectivos, parentales, sociales y de pareja, recuperar la memoria de la historia cultural personal, reposicionar lo laboral, estimular la conexión intrauterina con el bebé y afianzar la relación con la pareja.
Para quienes nos ocupamos además de lo somático, está en nosotros acompañar la percepción de los cambios corporales, revisando la postura, promoviendo la vitalidad física, acompañada de una alimentación y descanso adecuados al sistema de vida de cada uno.
También transitar con una disciplina corporal especializada por una experiencia que por su intensidad los familiarice con la del momento del parto.
En síntesis, nuestra propuesta es la de trascender los tradicionales cursos pre-parto organizando a lo largo de todo el embarazo Programas de salud interdisciplinarios que contemplen las necesidades de cada uno por mejorar su vida más allá del momento del parto.
De este modo estaremos aprovechando todo el período perinatal como momento “alter-nativo” que en sentido iniciático consistiría en parir a esos otros de nosotros que están a la espera de nacer .
Lic. Viviana Tobi
Directora de Tobi Natal.
Salud corporal y Psicológica a partir del Embarazo, Parto y Puerperio.
www.tobinatal.com.ar
POST PARTO
2- “Impacto de la llegada de un hijo en la vida de una mujer y la de su familia”
3- ¿Cómo es volver a casa luego de la etapa de internación donde se contaba con asistencia profesional continua?
¿Cómo aprovechar esta etapa para promover cambios y transformaciones en diferentes dimensiones?
Por lo general nos encontramos con:
- Dificultades para organizarnos.
- Cansancio y agotamiento físico-emocional.
Respeto por los momentos de sueño de la mamá aprovechando aquellos en los que el bebé duerme
4- El post parto se nos presenta como “duelo” de:
- La etapa de embarazo.
- Los tiempos de la pareja sin hijos.
- El cuerpo durante el embarazo y anterior al mismo.
- El rol exclusivo como hija, para pasar al de hija y madre.
El tiempo individual a cambio del tiempo dedicado a la maternidad.
5- Se produce una confrontación entre el parto fantaseado y el real.
6- Los “blues” post parto y la diferencia con la “depresión post parto” es que la segunda requiere de atención médico - psicológica:
Posible presentación de estados de euforia seguidos por momentos de tristeza aguda y crisis de llanto.
Desórdenes del sueño por las interrupciones nocturnas que ocasiona la demanda del bebé.
Tendencia al aislamiento en contraste con la del acompañamiento recibido durante el embarazo.
7- Irritabilidad generalizada.
Intervención de los cambios hormonales en la emocionalidad: aumento de la sensibilidad y susceptibilidad.
La vulnerabilidad emocional como estado, que facilita la percepción de las necesidades afectivas del recién nacido.
Sentimientos ambivalentes y simultáneos de omnipotencia e impotencia para asumir las nuevas responsabilidades como mamá.
Sensación de no estar haciendo nada en la medida que no está asistiendo a su actividad habitual.
8- Disminución del deseo sexual por el aumento de la prolactina y por otras situaciones por las que atraviesa la reciente mamá.
La distribución en la pareja de las tareas de cuidado del bebé y de las cuestiones domésticas.
Cuando el padre vuelve a trabajar.
9- La Familia en el post parto
Los mandatos familiares y la inseguridad para asumir el nuevo rol de madre.
Los modelos ideales de ser mamá. La importancia de construir el propio.
La mamá de tiempo completo o compartido con otros roles.
Probable aparición de conflictos familiares.
Importancia de la ayuda familiar, de amigas o personas contratadas para las tareas domésticas.
La participación e intervención de los abuelos en la vida de la nueva familia.
10-Es importante atravesar el período de post parto acompañada por profesionales formados en el tema (Doulas, puericultoras, pediatras, etc.)
Es recomendable entrar en contacto con otras mujeres que han sido madres recientemente.
Beneficios de una práctica psico-física compartida -o no- con el bebé: Yoga para mamás y bebés, Yoga post parto, masajes.
Pero por esto mismo pueden convertirse en una excelente oportunidad para prevenir y promover la salud psicológica tanto en ella como en la de cada uno de los protagonistas.
Ofrecemos por lo tanto:
Sesiones de orientación psicológica y de psicoterapia individual y de pareja.
Tratamientos focalizados en la atención de fobias específicas al parto, crisis de ansiedad, trastornos en la alimentación y en el sueño, dificultades relacionales, revisión de los vínculos familiares y de pareja, problemas de infertilidad y otras dificultades.
Psicóloga U.B.A.
Psicoterapeuta familiar especializada en la mater paternalidad, terapeuta corporal y sexóloga clínica
El embarazo como experiencia transformadora
Existen pocos momentos en la vida de una persona tan transformadores como lo son el período de embarazo, el nacimiento y el posparto.
Son tiempos que se viven con intensidad y en los que todo se pone en movimiento.
Se produce un estado de apertura, de riesgo, donde el espíritu se inquieta, donde todo se disloca, cambia de lugar, de forma. Es el momento de dejar morir en uno lo viejo para renacer en lo otro y transformarse.
Podemos considerarlos como estados alterados de la vida, término que remite a lo “alter”, es decir a “lo otro”, y que se refiere a los otros nuevos aspectos de nosotros que emergen, a los nuevos estados de nuestra existencia, al otro que llevamos dentro, que, aunque tan próximo, resulta a la vez extraño.
Pero la alteración a la que nos referimos también alude a la vivencia de devenir otro. En esta etapa se inicia el proceso de devenir madre, padre, hijo, y además se produce una movilización de la vida de todos los otros que están en relación con aquel que nace y con aquellos que gestan.
Por otra parte, la palabra “embarazo” alude a lo embarazoso, a lo confuso, a lo que no permite diferenciación con el otro. A lo que necesitará del parto como experiencia para separarse. Separación del hijo que se tuvo con otro, quien a su vez actuará como soporte de su alteridad.
Es una vivencia que puede considerarse iniciática, en la que es posible inaugurar nuevos repertorios de conductas que lleven a una transformación tanto corporal como emocional y espiritual en las vidas de quienes lo transiten. Un buen período para generar un espacio de trabajo con uno mismo durante el cual incorporar recursos que no sólo serán útiles durante el embarazo y el nacimiento, sino también para la vida.
Sabemos que una mujer, en el embarazo, cuenta con una apertura de conciencia y una gran sensibilidad emocional, la cual es favorecida, además, por modificaciones hormonales. Sabemos también que esa disponibilidad-vulnerabilidad podría, según sea o no aprovechada, producir cambios saludables o patologías, que de no ser atendidas en forma adecuada pondrían en riesgo su equilibrio psicofísico.
Somos conscientes de que no todo el embarazo puede atravesarse en “estado de gracia” o en “dulce espera”, y que las situaciones difíciles con las que muchas veces nos enfrenta actúan como la grieta necesaria para acceder a nuestro ser y disponernos a trabajar con nosotros mismos.
Tomemos por ejemplo lo que sucede en el plano corporal. Desde una perspectiva articular ocurre a veces que, en esta etapa, debido al cambio de peso, se acentúan problemas posturales que existían previamente, como la hiperlordosis, que puede generar fuertes dolores de cintura. De ahí que, trabajando sobre la dificultad con ejercicios específicos y tomando conciencia de la repercusión que esta posición tiene sobre el resto de su cuerpo, la mujer se sentirá mucho más motivada a producir los cambios necesarios para resolverla. Es justamente la intensidad del problema la que torna impostergable la búsqueda de soluciones.
Este mismo proceso también ocurre en el plano emocional y relacional con todos sus vínculos: ya sea con la pareja, con la familia, con el trabajo y con el entorno social. Es común que reaparezcan conflictos pendientes en la pareja, o con algún miembro de la familia de origen, y que tiendan a agudizarse. Si se aprovecha la acentuación del problema para atenderlo, enfrentarlo, pedir ayuda, profesional o no, por medio de conversaciones terapéuticas o con cualquier otro recurso adecuado, es muy probable que el conflicto ceda paso a formas relacionales más saludables que servirán como aprendizaje frente a futuros desencuentros y brindarán al bebé por nacer la seguridad psicológica necesaria para un crecimiento saludable.
Además, para su experiencia relacional, la posibilidad de gestar y parir es una gran oportunidad que tiene una mujer de descubrir su capacidad de gestarse a sí misma como un ser generoso hacia la vida. Se abre un nuevo camino en su experiencia: el descubrirse una, junto a los otros seres humanos, que hoy están representados en su hijo. Desde este punto de vista, también el nacimiento de un hijo abre la conciencia de la existencia del otro, y ofrece la oportunidad para construir una experiencia que consolide el espacio ético.
Por todo lo expuesto consideramos este tiempo de concebir, gestar y dar vida como uno de los momentos más propicios para el movimiento, en todas las dimensiones en que éste pueda manifestarse.
No es simplemente un período de transición hacia el parto, sino una etapa fundamental para la construcción de los roles de cada uno de sus protagonistas. El bebé necesita de esos nueve meses de gestación; la mujer, de ese tiempo para construirse como madre, y lo mismo ocurre en el hombre con su rol de padre.
Tradicionalmente, las mujeres han ido creando espacios donde elaborar entre pares sus experiencias vitales.
Cada cultura organizó un modo de canalizar estas necesidades. Muchas veces, el grupo familiar primario funcionó como marco de contención; mientras que otras veces, algunos rituales colectivos, que han ido perdiéndose, les otorgaron una vía para expresarse. Hoy, nuestra tarea como agentes de salud consiste justamente en llenar el vacío que la pérdida de esos rituales ocasionó.
Eso es lo que nos proponemos con nuestro programa de acompañamiento psico corporal para embarazadas a lo largo de toda la gestación.
A través de la práctica grupal con “pase libre” por diferentes disciplinas corporales como las del “Yoga Iyengar” , la “esferodinamia” , y el “movimiento dinámico expresivo”, las futuras mamás comparten una experiencia de entrenamiento corporal seguida de un espacio de reflexión que, no sólo les permite mantener un excelente estado físico, sino también bajar el nivel de ansiedad, evitar el stress y establecer una comunicación profunda con su bebé.
Un ciclo de encuentros de preparación al parto, para participar en pareja, a cargo de profesionales especializados en las diferentes áreas de la perinatalidad, completan este programa, que se continúa en el post parto con encuentros de recuperación psicofísica, talleres de crianza y un programa específico para la reeducación del piso pélvico.
En definitiva se trata de ampliar los tradicionales cursos pre- parto a través de un programa que permita aprovechar el embarazo para producir transformaciones no sólo en la futura mamá sino en toda la familia.
“Embarazos alter-nativos”
Cada vez son más las parejas que durante el embarazo se plantean cómo participar de un modo más activo en el nacimiento de sus hijos.
Claro que en el camino deben enfrentarse, la mayoría de las veces, con la resistencia de un sistema médico obstétrico que ha sido más formado para actuar sobre la patología que para acompañar el curso normal de un parto fisiológico.
Es así que las embarazadas ( a quienes preferimos por lo tanto no llamar pacientes ya que no están padeciendo una enfermedad) que son conscientes de esta hipermedicalización de la perinatalidad, se planteen cómo elegir a un médico obstetra que respete sus derechos a elegir cómo, cuándo y con quién parir, sin renunciar por ello a las intervenciones que fueran necesarias en aquellos estadísticamente pocos casos en los que estuviera en riesgo su salud o la del bebé ya que es un derecho de toda mujer el gozar al mismo tiempo de un parto “humanizado” y “seguro”
A partir de aquí parecieran abrirse dos categorías en la atención al parto: una la tradicional y otra la tal llamada alternativa que pretendería hacer otra cosa distinta a la primera y con la que no tendrían puntos de contacto.
En realidad creemos que pensarlo así es construir una falsa antinomia. El plantearlas como opuestas no nos permite recuperar lo rico que cada una posee que las puede nutrir respectivamente. Además no creemos que contribuya a desarrollar un modelo de parto personalizado que responda a la necesidad de cada pareja sobretodo cuando observamos que muchos de los obstetras llamados tradicionales están hoy revisando prácticas que dejaban antes por fuera de toda discusión.
Preferimos en cambio pensar lo alternativo como lo “alter-nativo”.
Esa capacidad de hacer nacer lo otro que hay en mí. Una posibilidad particularmente facilitada en el proceso de embarazo, parto y post-parto donde se produce un verdadero pasaje hacia la vida, donde lo viejo cede espacio a lo nuevo, donde los otros que también yo soy irrumpen en mí naciendo y dejando morir lo viejo, donde asumo el riesgo de ser otro de mí mismo.
Es el embarazo, con sus nueve meses de duración más que el breve período de un parto , donde se gesta esta transformación.
Transformación que es movimiento que construye y que no pretende otra forma sino el puro devenir.
Devenir en la filiación como padre, madre, hijo, abuelo, tío. Devenir otro cuerpo que escucha, que comprende, que siente.
Ampliar nuestra mirada más allá del escenario del parto es lo que nos ha permitido seguramente en estos más de 40 años años de trabajo institucional con parejas embarazadas, acompañar ese pasaje de un modo transformador.
Aprovecharlo para promover en cada protagonista el nacimiento de esos otros aspectos relegados o todavía no explorados de sí mismo y a la espera de una oportunidad que abra una brecha por donde poder emerger y ponerse en marcha.
Pensar en un parto alternativo supone haber parido esos otros adentro nuestro, proceso que sólo es posible cuando se ha utilizado provechosamente la desestabilización que produce el embarazo y la consecuente construcción de nuevos recursos corporales, emocionales y espirituales que hacen posible encarar de otro modo tanto la vida como la muerte.
Considero que esta es la tarea en la que como psicólogos podemos participar durante el inicio de la vida.
Prevenir y promover la salud emocional de los que conciben, gestan y dan vida para que también sus vidas se transformen y encuentren un nuevo sentido.
Ayudar a descubrir el velo tendido sobre la novela familiar, recorrer la historia psicosexual personal, fortalecer los lazos afectivos, parentales, sociales y de pareja, recuperar la memoria de la historia cultural personal, reposicionar lo laboral, estimular la conexión intrauterina con el bebé y afianzar la relación con la pareja.
Para quienes nos ocupamos además de lo somático, está en nosotros acompañar la percepción de los cambios corporales, revisando la postura, promoviendo la vitalidad física, acompañada de una alimentación y descanso adecuados al sistema de vida de cada uno.
También transitar con una disciplina corporal especializada por una experiencia que por su intensidad los familiarice con la del momento del parto.
En síntesis, nuestra propuesta es la de trascender los tradicionales cursos pre-parto organizando a lo largo de todo el embarazo Programas de salud interdisciplinarios que contemplen las necesidades de cada uno por mejorar su vida más allá del momento del parto.
De este modo estaremos aprovechando todo el período perinatal como momento “alter-nativo” que en sentido iniciático consistiría en parir a esos otros de nosotros que están a la espera de nacer .
Lic. Viviana Tobi
Directora de Tobi Natal.
Salud corporal y Psicológica a partir del Embarazo, Parto y Puerperio.
www.tobinatal.com.ar
POST PARTO
2- “Impacto de la llegada de un hijo en la vida de una mujer y la de su familia”
3- ¿Cómo es volver a casa luego de la etapa de internación donde se contaba con asistencia profesional continua?
¿Cómo aprovechar esta etapa para promover cambios y transformaciones en diferentes dimensiones?
Por lo general nos encontramos con:
- Dificultades para organizarnos.
- Cansancio y agotamiento físico-emocional.
Respeto por los momentos de sueño de la mamá aprovechando aquellos en los que el bebé duerme
4- El post parto se nos presenta como “duelo” de:
- La etapa de embarazo.
- Los tiempos de la pareja sin hijos.
- El cuerpo durante el embarazo y anterior al mismo.
- El rol exclusivo como hija, para pasar al de hija y madre.
El tiempo individual a cambio del tiempo dedicado a la maternidad.
5- Se produce una confrontación entre el parto fantaseado y el real.
6- Los “blues” post parto y la diferencia con la “depresión post parto” es que la segunda requiere de atención médico - psicológica:
Posible presentación de estados de euforia seguidos por momentos de tristeza aguda y crisis de llanto.
Desórdenes del sueño por las interrupciones nocturnas que ocasiona la demanda del bebé.
Tendencia al aislamiento en contraste con la del acompañamiento recibido durante el embarazo.
7- Irritabilidad generalizada.
Intervención de los cambios hormonales en la emocionalidad: aumento de la sensibilidad y susceptibilidad.
La vulnerabilidad emocional como estado, que facilita la percepción de las necesidades afectivas del recién nacido.
Sentimientos ambivalentes y simultáneos de omnipotencia e impotencia para asumir las nuevas responsabilidades como mamá.
Sensación de no estar haciendo nada en la medida que no está asistiendo a su actividad habitual.
8- Disminución del deseo sexual por el aumento de la prolactina y por otras situaciones por las que atraviesa la reciente mamá.
La distribución en la pareja de las tareas de cuidado del bebé y de las cuestiones domésticas.
Cuando el padre vuelve a trabajar.
9- La Familia en el post parto
Los mandatos familiares y la inseguridad para asumir el nuevo rol de madre.
Los modelos ideales de ser mamá. La importancia de construir el propio.
La mamá de tiempo completo o compartido con otros roles.
Probable aparición de conflictos familiares.
Importancia de la ayuda familiar, de amigas o personas contratadas para las tareas domésticas.
La participación e intervención de los abuelos en la vida de la nueva familia.
10-Es importante atravesar el período de post parto acompañada por profesionales formados en el tema (Doulas, puericultoras, pediatras, etc.)
Es recomendable entrar en contacto con otras mujeres que han sido madres recientemente.
Beneficios de una práctica psico-física compartida -o no- con el bebé: Yoga para mamás y bebés, Yoga post parto, masajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario